22 de diciembre de 2011

Sin preguntas, perdemos todos

Qué pasaría si el máximo dirigente de un país se sienta frente a la ciudadanía, entre la que se encuentra un gran número de sus propios votantes, para informar sobre las personas que compondrán su Gobierno.
Qué pasaría si los periodistas, intermediarios naturales entre la clase política y esa ciudadanía, esto es, los votantes, se negaran a informar de los importantes resultados de esta conferencia de prensa o de otras de máximo interés. La indignación social sería máxima. Y con razón: porque se vulneraría un derecho fundamental: el derecho a la información y ciudadanos y ciudadanas no podrían conocer qué hacen sus gestores, para, después, valorar y poder decidir su próximo voto. Que es lo mismo que definir en alguna de sus formas: D E M O C R A C I A.

Pero, ¿qué pasa cuándo es el presidente de un país el que se niega a responder preguntas de los informadores? ¿No deberían los periodistas ante esta situación negarse a contar sólo lo que la voz oficial quiere que se cuente?


Rajoy ha empezado así su andadura como presidente. Negándose a responder. Mal estreno: Negarse a contestar a los periodistas es negarle información a los ciudadanos, hacer un mal uso del poder de representación que le ha ortorgado la gente y tirar a la basura derechos constitucionales que tanto costaron alcanzar. Muy mal comienzo, señor Rajoy.

Dan ganas de animar a los compañeros a que se levanten y se vayan porque #sinpreguntasnohaycobertura ...

Pero, entonces, ¿quién pierde?

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