13 de diciembre de 2011

Si te atreves, pon la tele.

El hecho de encender el televisor es hoy todo un acto de valentía. En sólo veinte minutos he asistido atónita a los siguientes actos de inhumanidad:

- Un hombre que asesinó a su mujer, y que se encuentra desde hace tres años en la cárcel, lleva desde entonces cobrando la pensión de viudedad. Más de 40.000 euros. Parece que el buen hombre la asesinó y antes de que lo encerraran, hizo una visita a la Seguridad Social para solicitar la paguita.

- En algunas Comunidades Autónomas de este bendito país se les ha negado a los desempleados el acceso a la Sanidad Pública. Podría haber entre 25.000 y 40.000 afectados. Se me ha erizado la piel. Ni acceso a medicinas ni a atención primaria. Si se ponen malos, deben acudir directamente a urgencias. Afortunadamente, (yo que estoy desempleada) me pongo muy pocas veces enferma y, afortunadamente, vivo en Andalucía, donde todavía parece haber un poco de cordura (al menos en estos asuntos).

- La Policía ha llevado a cabo una serie de redadas en las calles de Madrid.  Piden la documentación a aquellos que recogen de manera ilegal, dicen, cartones y papeles en los contenedores. Los empresarios dedicados al reciclaje hablan de pérdidas y exigen intervención policial. Puedo entender su queja. Pero sólo hasta que se explica uno de los supuestos delincuentes:

- Tenemos que sobrevivir –dice- y nos sacamos unos euros… Tengo tres hijos, señor,  a los que alimentar.

Veo el telediario sentada junto a mi padre. También observa atónito el panorama y sólo cuando escucha a este buen hombre, a las seis de la mañana recogiendo cartones, logra decir: “Bueno, ¿y estos a quién venden los cartones?”.

Historias, cosas y casos de esta España nuestra…

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