23 de mayo de 2012

Crónicas urbanas. Socorro, me persigue un comercial.

Pequeño negocio en un pueblo cualquiera. Suena el teléfono.

- Ay, yo no lo cojo, no puedo más... Estos son los de Jazztel otra vez. Me llaman a todas horas: por la mañana, a mediodía, por la noche... ya no sé cómo decirles que no quiero internet.
- Pero, ¿alguna vez les has dado tus datos, te has mostrado interesada?
- ¿Yo? No, no.

El teléfono sigue sonando.

- Pues verás, hombre.... ¿Si? ¿dígame?
- Mire soy Lupita González, le llamo de Jazztel.
- Sí, ya lo sé. Llaman ustedes por la mañana, por la tarde y por la noche. Les he dicho quinientas mil veces que no quiero internet. Este es un negocio pequeño y no la necesito. No llamen más, si no quieren que les pongamos una denuncia: están vulnerando la Ley de Protección de Datos, puesto que nunca les hemos facilitado el número de teléfono, ni nombre ni nada. Así es que, le exijo que borren ya de su base de datos toda la información que tenga sobre este establecimiento y no vuelva a llamar más. ¿Entendido?

- Si, señora... ¿Y en casa? ¿No han pensado instalar una línea?

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